Apocalipsis (Historia)

   LIBRO 1: SUEÑO CON HUGO

                                                                           Capítulo 1: Primer día de clase.

  Hugo va andando, solo.  Es tarde, no sabe la hora exacta, pero es tarde.  No sabe hacia donde va, solo siente una fuerte determinación que le impulsa a seguir caminando en esa dirección.  Sigue un camino, hasta que al fondo divisa un claro, sigue caminando.  Cuando llega al claro ve un río, y hay alguien dentro.  Algo lo arroja al agua, pero cuando cae, el agua se convierte el barro, que lo absorve por completo.

¡¡¡Bip Bip!!! ¡¡¡Bip Bip!!!

Mi despertador suena muy alto, debo bajar un poco el volúmen.  Hola, me llamo Clara, tengo quince años, vivo en un pequeño pueblo de Phelmus.  Phelmus es un país poco conocido.  Mi país.  Aunque nací en Toledo, España, mi familia se trasladó cuando yo era pequeña a este pueblecito, Kirlion.  Es un nombre raro, y más si eres español.  Quizá esto te suena a cuento chino, pero cada noche, cuando cierro los ojos, veo, bueno mas bien sueño con un chico, Hugo.  Es rubio y tiene los ojos verdes.  Si me preguntáis cuando empecé a soñar con él, no sabría que contestar, quizá hace un par de años, pero nunca le dije nada a nadie.
Cojo mi ropa, cuidadosamente doblada encima de la silla y me dispongo a vestirme.  Bajo a la cocina a por mi desayuno, unas galletas y un café.  Mmmm, café.  Lo ideal contra el sueño antes de ir a clase.  Mi madre está en el trabajo, así que puedo poner música mientras termino de arreglarme, al fin y al cabo, es el primer día de clase.
-Y ya te ves, no necesitas más que un poco de valor, para enterrar todo lo nuestro entre kilómetros de alcohol...Donde ya no queda nadie- Canto súper motivada.
Tengo ganas de encontrarme con Ismael.  No penséis mal, es mi hermanastro, pero desde que mi padre murió, sólo le veo en clase.  Habitualmente lleva el cabello recogido en una coleta, su pelo negro y largo es precioso.  Ismael es guapísimo, pero no es mi tipo.
Mochila tipo bolso negra, con detalles en rojo.  Unas zapatillas blancas, unos vaqueros claros, una camisa blanca y una chaqueta..Blanca.  Normalmente me gusta vestir de oscuro, pero hoy es un día distinto, me siento con fuerza para todo.
    Voy camino del instituto, con mi IPod sonando, "Billionaire" De Bruno Mars.  Suerte que mi casa está cerca del instituto.  Ya estoy aquí, solo me queda subir un poco la calle.  A lo lejos veo a Lara, mi mejor amiga.  Me quito los auriculares conforme voy acercándome a ella.  Ahora corre, hacia mí.
-Te he echado mucho de menos- Dice mientras me abraza.  Su cabello oscuro y liso me tapa la cara, pero sé que está llorando.
-¿Cómo es que has vuelto?- Vale, no sabéis de que va la cosa, pero Lara estaba de viaje en Italia -¿No ibas a quedarte hasta que terminases la E.S.O.?
-Clara, las cosas se han puesto mal allí, mis padres van a divorciarse...-Se le quiebra la voz antes de que pueda terminar, y esto último se queda en un susurro.
-Lara, sabes que me tienes aquí para lo que necesites.  Voy a estar siempre contigo.
Ahora vuelve a abrazarme.
-Chicas si que os echabais de menos- Una voz nos interrumpe. Esa voz....
-¡¡¡Ismael!!!- Grita Lara.
Se sorbe la nariz y se seca las lágrimas antes de que Ismael le vea.
-¿Él ya lo sabía? Lo de tu vuelta, digo- Digo yo.
-Se lo dije antes, cuando llegué- Se justifica Lara.
-Dame un abrazo hermanita- Dice Ismael.
¡Otra vez más, el pelo me tapa la cara!
Acaban de abrir las puertas.
-¿Qué clase tienes ahora?-Me pregunta Lara.
-Historia ¿Y tú?
-Mates, oye ¿sabes que Kevin va a tu clase ahora?
Me quedo de piedra.  Veréis Kevin es mi exnovio.  Un chico de altura media, jugador de rugby, ojos azules, pelo rubio, nadie me entendió cuando lo dejé, pero tenía mis razones.  Era un egocéntrico, se creía el mejor del mundo y eso a mi...Como que no.  Y ahora ganas las mínimas de encontrarme con él.
Entro en clase, algunos graciosillos están dando saltos aquí y allí.  Voy a una mesa al lado de la ventana, tercera fila o así, bajo la silla y me siento.  Veo a la gente, como se apresura a entrar antes de que la puerta se cierre.  Miro, ahora hacia mi clase, y veo a los chicos que luchan contra sus párpados para que no se cierren.  De pronto se escuchan voces cerca de la puerta, al poco entra el "popular", es decir Kevin.  Todavía queda tiempo para que el profesor llegue, que fastidio.  Kevin habla con otros chicos de la clase, hasta que finalmente se decide a hablar conmigo.
-Hola, Clara- Dice.
-Hola- Respondo secamente.
-Clara, sabes que sigo queriéndote, Clara yo...
-Cállate.
-Por favor, Clara nece....
-No me digas que necesitas, solo te quieres a ti mismo, déjame en paz- Respondo casi al borde de los nervios.
-Vaya, la parejita pasa por una crisis, que pena- Dice Tina, mi archienemiga desde siempre.  De pequeña me tiraba de las trenzas.  En primaria me pegaba.  En secundaria comenzó con insultos y maltrato psicológico, pero a mi me resbala lo que piense de mí - Anda, si sigues siendo blanca, parecía que tanto vestir de negro iba a influir en tu color de piel- Añade en tono burlón.
-Para ya Tina- Advierte Kevin.
-¿O qué?
-O te quedarás una hora recogiendo dientes del suelo- Intervengo.
-A ver si te vas a quedar sin ese pelo claro, Clarita.
-¿Me estás amenazando?- Pregunto a sabiendas de lo va a responder.
-¿Acaso no me has amenazado tu primero?- Responde esquiva.
-Por supuesto, y mantengo que como no pares, no va a haber nadie que encuentre tus trocitos, que ya me tienes hasta el co...
-¿Qué pasa aquí? Señorita Brown- Dice el profesor Miller, mirando a Tina- Tome asiento por favor- Ahora se dirige a mi:- Señorita Arzúa, mida sus palabras.
Joder, hacía mucho tiempo que nadie me llamaba por mi apellido.  Arzúa.  Apellido vasco, de significado apto para mofas: Cabeza de Maíz.
-Todas las tradiciones tienen un principio, y hay una leyenda sobre este país.  Supongo que todos ya la sabéis ¿no?- Está diciendo  El Señor Miller.
A ver.  La leyenda cuenta que en un principio, todo, absolutamente todo, era agua, y que solo una pequeña expansión de tierra, unos 1000 km de tierra.  Poco más de lo que mide actualmente Phelmus.  Según esa leyenda, Phelmus fue la primera extensión de tierra, y fue expandiéndose hasta formar La Tierra.

45 minutos después....

Salgo al pasillo, busco mi taquilla, la número 72.  La combinación: 0007....
¡Abierta! Cojo mi archivador y mi carpeta forrada con Dani Martín, Maldita Nerea, David Guetta,...  Meto mi bolso después de sacar mi estuche.  Me doy la vuelta y..... ¡Vaayaa! Acabo de ver a un chico rubio, alto y con un flequillo muy parecido al de Hugo.  Serán imaginaciones mías.  Debo de estar muy cansada.   Subo al aula de plástica.  Me siento en mi sitio de siempre.  La clase pasa rápida, y así el día completo.  
Ya estoy en casa.  Por fin.
-Mamá ya he llegado- Grito desde la entrada.
-Vale hija, ¿qué tal tu primer día?- Grita mamá.
-Biieen, bueno como siempre- Grito yo de nuevo, colgando mi chaqueta.
-No hay porqué gritar siempre, ¿no cariño?- Dice, ahora a mi lado.
-No, mamá.
-¿Tienes hambre?
-Sí mamá.
-¿Estás cansada?
-Sí, mamá.
-Deja las respuestas monosílabas.
-Sí, mamá.


                                                                             Capítulo 2: El Verdadero Hugo.

  Hugo despierta en medio de la nada.  Está cubierto de barro, pero al sacudirse, éste se despega.  Se levanta y comienza a caminar, de nuevo, sin rumbo.  Al cabo de un rato, llega a una ciudad.  Kirlion.  No hay nadie por las calles, como si tuvieran miedo.  Se pueden adivinar las siluetas de diversas personas detrás de las cortinas de cada vivienda.  Hugo comienza a caminar con nerviosismo, como si algo no fuera bien.  Llega a un monasterio, alejado de la mano de Dios, pero dentro se esa misma ciudad, situado entre la playa y la ciudad.
-Señor- Dice Hugo.
Durante unos segundos, el silencio y la oscuridad se ciernen sobre él, pero la gigantesca puerta se abre chirriando.
-Aprendiz, ya has llegado- Dice un señor de barba y pelo blanco.
Hugo asiente.
-Maestro, he venido desde Atyla, solo para terminar mi entrenamiento.
-Muy bien, e un camino largo, ¿lo hiciste todo a pié?- Pregunta desinteresadamente el señor.
-No, maestro, una parte la hice a caballo, pero tenía comida suficiente y murió, tuve que cruzar a nado El Lago Aónat.
-Joven aprendiz, estas a punto de terminar tu ciclo, esta misma noche partirás.
-Que así sea- Contesta Hugo haciendo una pequeña reverencia.
-Levanta hijo, el suelo es para humanos.

-¡Clara! Venga hija arriba- Grita mi madre.
-¿Qué pasa?- Pregunto medio atontada por el sueño.
-Tu despertador sonó hace diez minutos, no había quien te levantara.
Gruño por lo bajo mientras cojo mi ropa y voy al baño.  No me gusta que allanen mi morada.  Es decir, entren en mi cuarto sin permiso.
-¡Mamá, ¿Qué haces aquí todavía?!- Grito desde el aseo.
-Hija, hoy tengo el día libre, por esa tontería de que soy la empleada que más tiempo lleva traba...
-¡MIERDA!- Grito.
-¿Qué pasa, Clara?- Pregunta mamá.
-No, nada, me he cortado con un alfiler que había en los pantalones ¿Qué decías?
-Decía que me han dado el día libre por esa tontería de que soy la empleada más antigua y hoy es mi cumpleaños.
¡Es verdad! Hoy es 16 de septiembre.  Salgo corriendo del baño, todavía a medio vestir y corro hacia ella.
-Lo siento mamá me había olvidado.  Felicidades.
-Nunca te habías olvidado, es raro en ti.
-Tu regalo te lo daré esta tarde. Ahora voy a vestirme o llegaré tarde.
-¿Tarde? Si siempre llegas quince minutos antes para hablar con tus amigas- Replica.
-Si, por eso tengo que llegar a la misma hora de siempre- Sonrío.

Estoy en clase de esgrima, con el profe de gimnasia, Raúl.
-Un chico nuevo se une a nuestra clase hoy, algunos ya lo conoceréis por las clases anteriores.  Él es Hugo Sherdem, viene de Italia, aunque es francés.  Espero que os llevéis bien con él.  Ahora a los vestuarios, quiero empezar la clase cuanto antes.
Todos corremos a los vestuarios, la verdad, la esgrima me encanta, no sé, descargo oda mi ira y rabia contenida.  Ya no reconozco a nadie, con estos trajes.  Salgo al gimnasio, soy la segunda.  El primero, un chico que está hablando con Raúl.
-Has sido rápida- Comenta Raúl.
-No tanto como él- Rebato yo.
-Ah, no, Hugo ha estado practicando conmigo un rato, ya estaba listo.
Que raro, Raúl nunca practica con nadie, porque dice que no quiere hacernos daño, ese chico nuevo es extremadamente raro.  ¡Y encima de llama Hugo!  Eso me recuerda a la extraña conversación que tuvo con ese maestro suyo....
-Hoy, en lugar de practicar entre vosotros, haréis una lucha, pero, quiero que midáis vuestras fuerzas con Hugo.  Cada persona que le gane, será de su equipo, los que no, del otro equipo.  Después, los de cada equipo se enfrentarán entre sí, para ver quien es más fuerte, y así, hacer una lucha de dos.  Bueno, empecemos por orden de lista, no, mejor no, yo tengo mis notas, empezaréis los que vais mas flojillos, venga....  Xana Darling.
La lucha es corta, dos choques frontales, uno lateral, y ya, el florete de Hugo ya roza el cuello del traje.  Y así repetidas veces, unos lo entretienen más, otros menos.  Hasta el momento solo han ganado Kevin, Mike y Dycks, y creo que los ha dejado ganar para tener a alguien en su equipo.  Mi turno.  Empuño mi florete y me pongo en guardia, pero Raúl quiere que crucemos aceros.
-Clara, eres mi esperanza, eres de las mejores en mi clase, así que adelante.
Choque de aceros.  Hace movimientos rápidos, es difícil encontrar un flanco desprotegido y encima, hace movimientos elegantes, este tipo se cree mucho.  Un coche lateral que logro parar de milagro, si sigue así de activo, pronto se cansará....O no.
Este es mi momento, ha dejado espacio entre el florete y yo, para ganar tiempo, es ahora o nunca, y creedme que nunca, no es una palabra que entre en mi vocabulario.  Pongo mi florete tipo gancho y tiro, llevándome la suya, ahora no tiene nada con lo que luchar, he ganado el reto.  Hugo se levanta la visera, veo sus ojos, verdes, pelo rubio, flequillo, sonríe.  Cuando Hugo en mis sueños sonríe, cosa que pocas veces pasa, se le hacen unos hoyuelos en la cara, cosa que me encanta, los mismos hoyuelos que se le acaban de formar a Hugo, delante de mí, al sonreir.
-¿Preparados para la lucha entre vosotros?- Pregunta Raúl- Podéis correr por el gimnasio y los tres patios, como en una situación real, pero cuidado, no os hagáis daño.
 Con florete en mano, nos apresuramos a comenzar la lucha entre cada equipo.  Yo corro a esconderme detrás de unas colchonetas, pero para qué relataros todo, de mi equipo gana Hugo y del contrario Jim.
Al salir de clase, busco a Ismael, pero veo a Hugo salir de su clase e intento esconderme tras algunos grupos, pero...¿Qué? Acaba de salir Ismael y están juntos.  Entonces me uno al grupo:
-¿Qué tal el día?- Pregunto a Ismael al llegar.
-Bien, oye ¿conoces a Hugo?- Responde.
Levanto un poco la vista desinteresada, veo al mismo chico rubio, con flequillo y ojos verdes que en esgrima.  Está sonriendo y ya sabéis que pasa cuando sonrie así que no voy a repetirlo.  Asiento con la cabeza y añado:
-Lo conocí en esgrima.
-Nunca entenderé que haces tu en esgrima- Comenta Ismael antes de salir por el portón verde del instituto.
Nos despedimos de Hugo y seguimos nuestro camino, Ismael se viene a comer a casa.  Espero que mamá no se venga a bajo, Ismael no es hijo suyo, es de un matrimonio que papá tuvo antes de mi madre.  Hecho mucho de menos a papá.

      Capítulo 3: Almuerzo Perfecto.De camino a casa, Ismael saca su móvil y dice:
-Venga, alguna foto para el tuenti.
Nos paramos en un banco y hacemos varios poses, tonteamos y nos hacemos muchas fotos.  Volvemos a ponernos en marcha, total, la casa está muy cerca.  Cuando entramos en casa, un agradable olor a bizcocho nos inunda, es el cumpleaños de mamá, será la base para la tarta.
-Mamá, ya hemos llegado- Grito desde la entrada, como siempre.
Esta vez, mamá, en vez de gritar desde la otra punta de la casa, se acerca a nosotros, nos da dos besos a cada uno y antes de que podamos decir nada más, Ismael habla:
-Feliz cumpleaños señora Stevenson- A ver, si, yo nací en España, mi padre era vasco, pero mi madre es australiana.  Somos una familia internacional.
-Muchas gracias hijo, pero no hace falta que me hables de usted, puedes llamarme Phoebe- Contesta mamá. (Su nombre se pronuncia Fivi, para quien no lo sepa).
Ismael asiente, ahora subimos a mi cuarto, quiero enseñarle mi regalo para mamá...¡Y mi nueva guitarra!
Abro la puerta de mi cuarto y le invito a entrar.  Cojo una pequeña cajita de mi escritorio y la abro, aún no le he puesto el lacito verde, el color favorito de mamá.  Cojo un par de papelitos cuidadosamente enfundados en una bolsita de seda y se las enseño a Ismael.
-Vaya- Dice - Dos semanas de descanso en el Spa Joanpier Benavent- Esto último lo dijo poniendo retintín en el nombre del Spa.
-Jajajajaja ¿No es increíble? Apenas quedaban plazas, pero gracias a un contacto...Aquí están- Contesto entusiasmada.
-Si, pero ¿no son algo caras?- Pregunta.
-Si, bueno, ya te he dicho lo de mi contacto.
-Lo sabía, por eso hablabas tanto con la señora Avery.
Asiento.
-Ella me deja el dinero y yo, a cambio, le hago unos trabajos, cuido de los niños y de los animales durante dos meses.
-Bueno, algo es algo- Contesta - Y ahora quiero ver esa nueva guitarra que te has comprado.
Voy corriendo a mi sala.  La llamo "Mi Sala" porque ahí solo entro yo.  Tengo mis instrumentos y mis mezcladores, para hacer mis prueba con la música y eso, y además está insonorizada.  Al poco salgo, también corriendo, con mi nueva guitarra.  Una preciosa guitarra electroacústica negra, con algunos pequeños detalles rojos y blancos.  La personalicé yo, está claro, pero es preciosa y suena genial.
-Guau- Se ha quedado sin palabras, aunque más bien parece el aullido de un perro.
-¿A que es preciosa?- Digo.
-Más que eso. ¿Puedo tocar algo?- Pregunta casi inseguro.
-Claro, pero vamos a Mi Sala y hacemos algo con una base- Lo he vuelto a hacer.  Mi Sala.
Pero mi madre me llama.
-Ve, empieza a hacer algo tu, luego lo vemos- Le digo.
-No, prefiero ayudar.
Así que ponemos a "Preciosa" (Denominada así por su belleza) en Mi Sala.  Y bajamos a ayudar a mamá.  ¡Chocolate!  Me pirra, me pierde, como queráis decirlo, ME VUELVE LOCAAA.
-Chicos ¿podéis ayudarme con la tarta?- Pregunta mamá.
-Claro- Respondemos a unísono.
La estamos liando parda.  Hay chocolate por toda la encimera.   Y hasta en mi nariz, será un cumpleaños genial.

30 minutos despues....

-Pues ya está, solo queda que se enfríe, ¿comemos de mientras?- Dice mamá.
Los dos asentimos.
Mamá nos sirve unos platos que echan humo, de una comida típica de aquí, el Haredo.  Es como un plato de puchero español, pero con un toque secreto que no os voy a decir.  Está riquísimo.  Ahora llega la tarta, nos ha quedado muy bien.  Es de color chocolate, como es normal, con detalles de sirope de fresa, chocolate blanco y fritas del bosque, en definitiva, una preciosidad.  Y está más buena que bonita.  Ahora le doy su regalo a mamá.  Ella, con cuidado deslía las bolsita, y cuando ve los pases para el spa, se queda de piedra.
-No te preocupes mamá, descansa- Digo.
-Pero. ¿Con quien te quedaría tú?- Pregunta ella.
-En mi casa- Dice Ismael -Ya lo hemos hablado con mi madre.
-Pero...
-Pero nada, ahora disfruta de tu cumpleaños.
-Yo le he traído un regalo- Dice Ismael, mientras saca una caja de su mochila.
Mamá lo abre curiosa, dentro hay un plástico que protege un cuadro, con una foto.  Es papá.  Mamá se ve afectada, pero solo agradece.  Aunque parece triste, se que le ha gustado el detalle.
-¿Para cuándo son los billetes?- Pregunta mamá, cambiando de tema.
-Para dentro de tres días- Respondo.
Mamá me dice que acompañe a Ismael hasta su casa, tampoco está muy lejos.
Continuará...